Es preciso contar con una teoría de los derechos de las minorías que explique cómo coexisten los derechos de las minorías con los derechos humanos, y también cómo los derechos de las minorías están limitados por los principios de la libertad individual, democracia y justicia social. Pueden darse casos realmente difíciles, como el tema de la ablación, una práctica que supone tratos inhumanos hacia las niñas y que vulnera la Declaración Internacional de los Derechos Humanos y la Convención de los derechos de los niños. Aún así, la teoría de las minorías debería de dar preferencia, en este sentido, a los derechos individuales de las niñas por encima de los derechos colectivos de las minorías culturales. “una teoría que contemple los derechos de las minorías culturales debe ser compatible con las justas reivindicaciones de los grupos sociales que se encuentran en situación de desventaja” Will Kymlicka.
Esa teoría que contemple derechos diferenciados es necesaria, puesto que la marginación de las mujeres, los homosexuales y los discapacitados son conflictos que atraviesan las fronteras étnicas y nacionales: se dan en las culturas mayoritarias y así como dentro de las minorías nacionales y los grupos étnicos, por lo que debe combatirse en todos esos lugares. No es un universalismo que pretenda instalar un orden cultural único que suprima o deja al lado las diferencias, ya que una teoría que contemple las diferencias, los derechos de las minorías culturales y los derechos humanos y las libertades individuales puede ser perfectamente compatible.
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